También cuentan los que lo vivieron que, aparecida la Virgen se decidió subirla a hombros al pueblo. Iniciado el camino los costaleros comenzaron a notar sobre sus hombros tal peso que les impedía seguir caminando.
Entre todos pensaron que era una señal que les indicaba que la imagen no quería salir de su "vega" donde fue enterrada.
De esa forma, en su honor se levantó una Ermita que lleva su nombre, la Ermita de la Virgen de la Vega donde mora Nuestra Señora y allí se le venera.
Aguaviva de la Vega tiene otra talla en su Iglesia, la que se baja y se sube en procesión a la Ermita en su tiempo. Esta talla representa igualmente a la Virgen de la Vega.
